La romana.

-[…] “Pensé que tampoco yo hubiera querido vivir más […]. Sólo que mi cuerpo continuaba viviendo, por su propia cuenta, despreocupado de mi voluntad. […] Podía bien tenderme en la cama y decidir que no viviría más y que ya no me despertaría por la mañana; pero, mientras dormía, mi cuerpo continuaba viviendo, la sangre me corría por las venas, el estómago y los intestinos digerían, los pelos bajo las axilas apuntaban de nuevo donde los había afeitado, las uñas crecían, la piel se bañaba en sudor, mis fuerzas se restauraban; y, a una hora matinal, sin que yo lo quisiera, mis párpados se abrirían y mis ojos volverían a ver a pesar suyo aquella realidad que odiaban y, en resumen, yo me daría cuenta de que, no obstante mi voluntad de morir, estaba aún viva y debía continuar viviendo. Más valía, pensé a modo de conclusión, adaptarse a vivir y no pensar más en ello.”

The Beatles.

"Banda inglesa de rock. Llegaron a ser percibidos como la encarnación de los ideales progresistas, extendiendo su influencia en las revoluciones sociales y culturales de la década de 1960".

Éste es un homenaje a The Beatles. Porque cuando los descubrí y escuché su música comprendí que en la sencillez también radica la belleza. Es posible emocionarse con el sonido de una guitarra y un bajo que hacen vibrar sus cuerdas al unísono. Y es posible dejarse llevar, sentirte libre, rebelde, adolescente. Es posible evocar. Y es posible porque existe la música.

Por así decirlo.

Francesc Miralles escribió "A veces pienso que no vivimos una existencia, sino varias sucesivas. Como pisadas en la arena, una borra el recuerdo de la otra. Tal vez sea porque no somos capaces de hacer más de una cosa a la vez, quién sabe, o porque el olvido sirve para enterrar nuestros errores".

"El olvido sirve para enterrar nuestros errores". 

Yo no pienso que los errores deban enterrarse, sino que deben dejarse posados en la superfície, expuestos a la vista del recuerdo, para que así, cada vez que éste los vea, sea capaz de decir: "No lo voy a volver a hacer". 

A veces, cometemos errores, y como el asno que patéticamente tropieza en la misma piedra cada vez, los volvemos a cometer, sin haber pensado antes en el antiguo dolor que éstos nos conferían al alma malgastada. La vida está para equivocarse y rectificar. Para rectificar. Por si a alguien se le olvida..

En recuerdo de Pedro Salinas

No.

No.
Tengo que vivirlo dentro,
me lo tengo que soñar.
Quitar el color, el número,
el aliento todo fuego,
con que me quemó al decírmelo.
Convertir todo en acaso,
en azar puro, soñándolo.
Y así, cuando se desdiga
de lo que entonces me dijo,
no me morderá el dolor
de haber perdido una dicha
que yo tuve entre mis brazos,
igual que se tiene un cuerpo.
Creeré que fue soñado.
Que aquello, tan de verdad,
no tuvo cuerpo, ni nombre.
Que pierdo
una sombra, un sueño más.

El Fantasma de la Ópera

Piensa en mi,
se va mi amor también donde tú vas.
Recuérdame, todo está igual,
promete que lo harás.
Cuando estés muy lejos,
cuando yo ya no te sienta más aquí,
si en tu aliento está mi nombre, piensa un poco en mí.
Un sueño fue, contigo lo viví
y ahora que nada es así,
en un mundo de rencor, yo me encierro en mi.
Piensa en mí, solo tu ausencia
puedo yo abrazar.
Evócame cuando tu barco
vague por mi mar.
Tú piensa en mí, porque
ni un día habrá que no amanezca con tu luz.
No habrá noche que en mis sueños
no aparezcas tú.
Florecer, dar fruto y perecer,
en cada historia es así.
Mas prométeme que a veces
pensarás en mí.

El tiempo.

El tiempo. Ese compañero fiel y despiadado que nos da y nos roba tanto. Que nos quita las ganas de todo cuando pasa. Que nos hace sonreír cuando se evoca, en épocas lejanas. El tiempo pasa rápido cuando quieres que se detenga por momentos  y es eternamente lento cuando deseas que transcurra sin dilación. Nunca nos contenta con lo que hace o con la huella del paso que deja tras de sí. Nos defrauda sin pretenderlo, incapaz de actuar de otra manera que la única que conoce y para la que ha sido creado. El tiempo. Eternamente inmortal.